Estrategia mundial: meta
general
La meta general de la estrategia es promover y
proteger la salud a través de la alimentación sana y la actividad física
Reconociendo
que la mejora de la dieta y la promoción de la actividad física representan una
oportunidad única para elaborar y aplicar una estrategia eficaz que reduzca
sustancialmente la mortalidad y la carga de morbilidad mundiales, la OMS adoptó
en mayo de 2004 la "Estrategia mundial sobre régimen alimentario,
actividad física y salud".
La Estrategia Mundial tiene cuatro objetivos
principales:
- Reducir los factores de riesgo
de enfermedades crónicas asociados a las dietas malsanas y a la
inactividad física a través de medidas de salud pública.
- Incrementar la concienciación y
los conocimientos acerca de la influencia de la dieta y de la actividad
física en la salud, así como de los efectos positivos de las
intervenciones preventivas.
- Establecer, fortalecer y
aplicar políticas y planes de acción mundiales, regionales y nacionales
para mejorar las dietas y aumentar la actividad física que sean
sostenibles e integrales, y cuenten con la participación activa de todos
los sectores.
- Seguir de cerca los datos
científicos y fomentar la investigación sobre la dieta y la actividad
física.
Responsabilidades de los actores
Para cambiar
los hábitos alimentarios y de actividad física serán necesarios los esfuerzos
combinados de muchas partes interesadas, públicas y privadas, durante varios
decenios. Se necesita la combinación de acciones racionales y eficaces a nivel
mundial, regional, nacional y local, así como un atento seguimiento y
evaluación de sus repercusiones.
La
Estrategia Mundial describe las responsabilidades de las partes implicadas y
hace recomendaciones sobre la actuación de los principales interesados, tales
como:
- Los Estados Miembros
- La OMS
- Los asociados internacionales
- La sociedad civil y las
organizaciones no gubernamentales
- El sector privado
Dieta
Las dietas malsanas y la inactividad física son importantes
factores de riesgo de enfermedades crónicas. Los informes de expertos
nacionales e internacionales y las revisiones de la bibliografía científica
actual hacen recomendaciones sobre la ingesta de nutrientes para prevenir las
enfermedades crónicas.
Con respecto a la dieta, las recomendaciones, tanto
poblacionales como individuales, deben consistir en:
- Lograr
un equilibrio calórico y un peso saludables.
- Reducir
la ingesta calórica procedente de las grasas, cambiar las grasas saturadas
por las insaturadas y eliminar los ácidos grasos trans.
- Aumentar
el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos
secos.
- Reducir
la ingesta de azúcares libres.
- Reducir el consumo de sal (sodio), cualquiera que sea su fuente, y garantizar que la sal consumida esté yodada.
Al elaborar las políticas y directrices dietéticas
nacionales deben tenerse en cuenta estas recomendaciones y la situación local.
La mejora de los hábitos dietéticos es un problema de toda
la sociedad, y no solo de cada uno de los individuos que la componen. Por
consiguiente, requiere un enfoque poblacional, multisectorial, multidisciplinar
y adaptado a las circunstancias culturales.
Acciones de la OMS
No hay comentarios:
Publicar un comentario